Amalia Nieto fue la primera artista mujer uruguaya en tener una exposición individual en el Museo Nacional de Artes Visuales (mnav). Tuvo lugar en 1995 e hizo falta que pasaran algo más de ocho décadas para quebrar una desigualdad escandalosa entre las oportunidades que tenían de exponer artistas hombres y mujeres en una institución estatal que abrió sus puertas al público en 1914 como Museo Nacional de Bellas Artes.
Ese mismo año de 1995 se la distingue con la participación en el Premio Figari a la trayectoria, y es un reconocimiento no solamente justo, sino que legitima a una artista singular, única. La obra de Amalia Nieto será expuesta en el mnav en forma regular desde 2009.
Amalia dedicó toda su vida al arte. Desde muy joven contó con el apoyo de su familia, y se destacó principalmente a través de la pintura, la escultura, el dibujo y la acuarela; pero también incursionó magistralmente en la ilustración y el diseño de escenografías, estas últimas muy vinculadas con su escultura modular e interactiva. La exposición Amalia Nieto.
Retrospectiva, curada por Héctor Pérez, recorre en forma minuciosa y no necesariamente lineal el trabajo de una artista que desde 1925 pinta desafiando estructuras establecidas a medida que descubre una mirada propia, ya sea en años formativos o junto a Joaquín Torres García y la Asociación de Arte Constructivo, y a partir de allí recorre un camino personal. Siendo premiada y distinguida con los premios más importantes de nuestro país en numerosas ocasiones, y ofreciéndonos series memorables que cierran con sus Naturalezas muertas mentales de fines de la década de los ochenta y mediados de los noventa.
Necesitábamos, desde el mnav, volver a su obra y para ello fue fundamental la enorme generosidad de su nieto Sergio Elena, que nos permitió acceder a un rico acervo en obras de Amalia, muy completo en fotografías, cartas y libretas de apuntes y bocetos que dan testimonio de una vida consagrada al arte.
Amalia Nieto. Retrospectiva no puede, ni debe, ser la exposición definitiva. Pero seguramente sea una muy buena ocasión de compartir una obra impar y necesaria.
Enrique Aguerre
Director del Museo Nacional de Artes Visuales